El grooming es la forma de acoso sexual hacia niños y jóvenes más popular en redes sociales y servicios de mensajería. En esta, un adulto se hace pasar por otra persona –como un artista famoso o un menor de 18 años– para conversar de forma virtual con niños y jóvenes. Así pretende tener afinidades con ellos, ganar su confianza y fortalecer una supuesta amistad.
Cuando los infantes intercambian historias, muy fácilmente bajan la guardia: ya no les da pena hablar de algunos temas, enviar fotos o verse a través de la cámara web. Esto lo aprovecha el abusador para incluir temáticas sexuales en las conversaciones, en las cuales intercambia imágenes eróticas y hace invitaciones para que se conozcan personalmente.
¿Y qué pueden hacer niños y jóvenes para evitar ser víctima de estos abusadores antes de convertirse en víctimas de abusos sexuales o chantajes en línea?
- Evite usar su año de nacimiento en los nombres que use en redes sociales o correos electrónico, como ‘jorge2004@mail.com’ o ‘@estrella2006’. Esto ayuda a que los abusadores conozcan la edad de su posible víctima.
- Abandone sitios web con contenidos incómodos o con contenidos inadecuados para niños y niñas.
- Bloquee a los contactos de redes sociales que no conozca personalmente que realicen propuestas incómodas o que comiencen conversaciones inapropiadas.
- Nunca envíe fotografías o videos en que esté sin ropa o que se preste a malentendidos. Estos archivos pueden ser usados en chantajes.
- En las charlas con amigos virtuales nunca revele información personal o familiar, como a qué se dedican sus padres o en qué barrio viven. Ponga límites a su privacidad.
- Antes de conocer personalmente a un amigo virtual, coméntelo a sus padres o familiares. Nunca acuda a una cita solo o sola: pida a uno de sus padres o a un adulto de confianza que lo acompañe.
- Confíe en sus padres, familiares o profesores. Cuénteles las situaciones que encuentre incómodas al hacer uso de internet. Nunca tenga miedo de pedir ayuda.
- Guarde cualquier tipo de información que sirva como evidencia para hacer una denuncia: pantallazos, mensajes de WhatsApp o correos enviados, entre otros.
Nunca se fíe de las apariencias de quienes conoce en línea: es muy fácil disfrazarse en internet mediante mentiras.